Los pacientes afectados por un TLP suelen
actuar en forma impredecible y caprichosa, exhiben arrebatos frecuentes de ira
y actitudes violentas que suelen terminar en crisis emocionales intensas y
autolesivas, toleran mal la frustración y experimentan sentimientos crónicos de
vacío. Sus relaciones personales suelen ser intensas e inestables confundiendo
a menudo sexualidad con intimidad.
Pueden
presentar algunas conductas compulsivas del tipo : juego patológico, abuso de
sustancias, trastornos alimentarios, compras compulsivas o distorsiones de la
imágen corporal.
Algunos
autores resaltan la dificultad que estas personas presentan en soportar la
soledad, en tanto se la entiende como una amenaza que los obliga a actuar. Como
además suelen tener mucho miedo a la intimidad, esto explicaría sus conductas
de alternancia entre idealización y rechazo en las relaciones interpersonales.
Resumiendo:
- Agresividad e impulsividad
- posibilidad de autolesión
- miedo al abandono
- inestabilidad en la imagen personal y en las relaciones
Pensamientos
o creencias habituales:
- ” Te odio, TE ODIO”
- “te amo hasta lo imposible”
- “me siento vacío”
- “no sé quién soy”
- “si te vas me mato”
- “No soy nada si tí”
Las parejas
de un TLP:
Muchas
personas involucradas sentimentalmente con TLP sienten que están al “filo de la
navaja”, siempre sumidas en el caos y la ansiedad que su pareja sufre. Las
relaciones románticas con estas personas tienen al principio una pátina de
pasión e intensidad que resulta en algunos casos atrayente. Posteriormente esa
imprevisibilidad evoluciona a posturas demandantes y decepcionantes. Las
fluctuaciones constantes impiden anticipar reacciones, marcar límites,
establecer una comunicación eficaz.
Debido a que
la estructura de personalidad limítrofe suele no poseer un sentimiento claro de
identidad (vive confundida respecto a valores, metas y prioridades), es casi
imposible armar proyectos en común.
Según Beck
las personas con TLP sostienen las siguientes creencias:
- “Soy inaceptable” : su pésima imágen personal los lleva a promover conductas inadecuadas que terminan en alejamiento y rechazo confirmando su idea inicial.
- “Soy incapaz y vulnerable”: Se sienten inermes frente a los reclamos del día a día y es ahí en donde toman como rehen a la pareja para compensar a través de la dependencia su percepción de ineficacia.
- “El mundo es malo”: esta idea desencadena ansiedad y tensión.
Podríamos
entonces considerar la estructura de amor caótico que define al TLP como el
resultado de tres esquemas que interactúan al unísono: “soy débil y vulnerable,
un fraude y además la gente es mala y peligrosa”. Los individuos limitrofes son
seres “sufrientes”, no logran considerar a la pareja como algo seguro . En ese
marco quizás un paso para establecer un cambio en las relaciones de pareja sea
el inicio de una terapia de pareja, siempre acompañada del tratamiento
individual. El objetivo será reducir las conductas impulsivas que involucren al
vínculo, controlar la emociones y aumentar la consciencia de enfermedad.
Ahora bien
si amar saludablemente significa relacionarse de la manera menos dolorosa
posible, el trastorno limítrofe es un obstáculo. En todo caso depende de lo que
cada uno espera de la pareja. Sacrificarse a cualquier coste como concepción
del amor para seguir manteniendo el vínculo inestable solo se puede entender en
el marco de la propia historia personal.
¿Podemos
reconocer un TLP antes de enamorarnos?
Sí. Al
principio será un experienca increíble, divertida, impredecible. Es necesario
fijarse en cambios buscos en las emociones, en el deseo de agradar y en
comportamientos paradójicos o contradictorios. Es una mezcla de seducción,
extravangancia y emoción desbordada que puede causar mucho impacto. también es
posible que aparezcan indicios de manipulación en temas afectivos. En
definitiva, un TLP no se oculta, si se conocen los rasgos principales es muy
sencillo de reconocer.
Pronóstico:
En general
se sostiene la importancia de realizar un tratmiento psicofarmacológico y
psicoterapico continuado como única forma de mejorar el curso de la enfermedad.
En general el TLP mejora con la edad y si no existe otros factores de co
morbilidad como adiciones a sustancias o trastornos afectivos podemos hablar de
una estabilización a mediano plazo (si no existen predictores de mal
pronóstico)
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